lunes, 17 de junio de 2013

Conclusión

Tres son los puntos que nos han llevado a un concepto amplio en todas sus aristas y que a su vez representa un factor ético fundamental en la aplicación del enseñar.

 En primer lugar, ‘’La comprensión’’ se ha convertido en una herramienta que enmarca un pilar imprescindible en la cavidad humana socio-cultural con la que tratamos en nuestro diario vivir, para avanzar a un nivel superior de enseñanza nos vemos envueltos en las capacidad de comprender a cualquier individuo, independiente el uno del otro en su forma de vida, pensamiento, criterio y desempeño de acuerdo a los parámetros en que éste se ha formado. Seguidamente,  esto a su vez nos impulsa encarecidamente a tratar en la tolerancia con el otro en fusión del acercamiento y la interacción de nosotros mismos con su cotidianidad. No estamos en posición de definir que es bueno o malo para un grupo planetario, pero si, podemos coincidir cual o cuales son las convergencias positivas entre culturas para luego, tomar en nuestras manos el buen vivir para con los demás y poseer la noción en la conciencia de cuál será el primer paso para trabajar en el multidisciplinario contexto de la ética comprensiva, lo que nos lleva en tercer lugar a la introspección con nuestro mismo ser. Entendernos a nosotros mismos para luego poder entender las dificultades del otro tomando la forma de guía, que a su vez sea capaz de cambiar aquellos rasgos que no se convalidan para el entendimiento contextual con el otro sujeto. He ahí donde empieza este estudio universal de la interiorización de un yo con lo global, quitar de en medio la superioridad y la obstinencia para dar paso a relaciones simétricas entre pares, conjunto de cada uno de los individuos que forman la sociedad multicultural donde adoptamos una labor que complemente las relaciones humanas propiamente tal.

Creativo de aplicación del tema presentado en un colegio

Idea I: Debate en el curso.
Contenido: Conflicto de Israel con Palestina
Objetivo del contenido: Cada alumno tenga una visión crítica respecto al tema planteado.
Metodología: Trabajar en 2 grupos, creando un debate donde cada grupo defiende a un estado y luego se intercambian las posturas.
Objetivo de la metodología: Que cada grupo, al estar en ambas posturas puedan percibir un grado de verdad de estas.
Modo de evaluación: Una evaluación grupal y una individual a partir de una interrogación oral.
Objetivo de la evaluación: En cuanto a la evaluación grupal se espera que el alumno haya interactuado con ambas posturas y haya sido participe de la defensa de estas; y en la interrogación oral se espera que el alumno haya formado un criterio personal respecto al tema planteado.
Idea II: Autoevaluación
Contenido: Criterios de semejanza de triángulos
Objetivo del contenido: Que cada alumno maneje los contenidos aplicados en clase
Metodología: Una evaluación individual escrita donde se puedan aplicar los criterios
Objetivo de la metodología: Que pueda desplegar sus conocimientos
Modo de evaluación: De forma aleatoria se repartirán las pruebas entre los alumnos para que estos las corrijan a partir de una pauta, evaluando así al que corrige como al dueño de la prueba.
Objetivo de la evaluación: Cada alumno sea capaz de contextualizar la idea de su compañero planteada en la evaluación, tomando en cuenta la pauta y el criterio personal.
Idea III: Realización de clase
Contenido: Teorema de Pitágoras
Objetivo del contenido: Cada alumno pueda explicar el teorema de Pitágoras a cursos menores
Metodología: Uso de tangramas pitagóricos para explicar el teorema
Objetivo de la metodología: Hacer entender de forma tangible a los niños de cursos menores el teorema planteado.
Modo de evaluación: Un informe sobre la experiencia con un análisis estadístico básico sobre los resultados obtenidos por los niños de cursos menores
Objetivo de la evaluación: Que el alumno sea capaz de observar la dificultad de aprendizaje del otro para así identificar sus propias dificultades de entendimiento.
Contenido: Un tema social
Objetivo del contenido: Cada alumno, desde su punto de vista, interactúe sobre un tema social llevando a cabo una obra teatral a modo de grupo curso.
Metodología: Entregar información en cuanto a datos, fechas y experiencias con respecto al tema elegido.
Objetivo de la metodología: Que los alumnos tengan las fuentes necesarias para poder realizar su trabajo.
Modo de evaluación: Se hará una pauta de los contextos dado al tema elegido, tomando en cuenta los recursos teatrales utilizados en la obra.
Objetivo de la evaluación: Que el alumno sea capaz de esquematizar bien el tema escogido y además desarrolle cierto desplante con sus compañeros.
Idea V: Una creación artística
Contenido: Arte conceptual
Objetivo del contenido: Que las ideas dentro de la obra sean un elemento más importante que el objeto o el sentido por el que la obra se creó.
Metodología: Se anunciará un concepto arbitrario y el alumno deberá representar el concepto en una obra artística.
Objetivo de la metodología: Que el alumno se sienta libre para representar el concepto dado a través de su introspección referente al tema y que los demás traten de comprender el punto de vista del autor.
Modo de evaluación: Se evaluará dependiendo de la conjetura y el análisis planteado por el autor de la obra.

Objetivo de la evaluación: Que el alumno sea capaz de argumentar, comprenderse a sí mismo y que los demás lo comprendan en base a su proyecto.

Hilo conductor

La idea central o hilo conductor es la conciencia y modo de pensar humanos, en ellos Morín va identificando los factores y aspectos necesarios para desarrollar la comprensión y las aptitudes mentales que ella requiere desenvolver.

Inferencias sobre los objetivos de las ideas.

Lo que se infiere del libro de Morín es que para lograr la comprensión se requiere un cambio de mentalidad, que necesariamente, pasa por trabajar en la conciencia de quienes somos como individuos introspectivamente y como parte de una sociedad. Este proceso es sustentable, solo, desarrollando un modo de pensar basado en los principios de un conocimiento pertinente. Se necesita, entonces, la decisión firme de interiorizarnos en nuestras propias almas, abriéndonos al mismo tiempo a nuestros pares.

Ideas secundarias:

El bien pensar
Este concepto se desprende como una necesidad a partir de elaborar o pensar una ética de la comprensión pues el ejercicio de dicha comprensión requiere necesariamente de un modo de pensar no arbitrario, que se condiga con la percepción del otro como un todo.
De modo que siendo el ser humano una entidad compleja,  requiere en su interacción la utilización de los principios de un conocimiento pertinente, ( tratados en el cap II) , de manera de desarrollar un modo de pensar que permita comprender las condiciones del comportamiento humano en todas sus dimensiones. 
 Esto es, el desarrollo de un pensamiento que nos permita sortear las trampas del egocentrismo y socio-centrismo, y la reducción de la percepción del otro a aspectos parciales de su condición humana.
El bien pensar, ubica al sujeto frente al otro desprovisto de una visión atrofiada por la necesidad de consagración y gloria, y contextualiza la comprensión del ser humano en la del individuo singular y complejo, global y local, haciéndolo identificarse con todos sus congéneres.
La introspección
“El auto-examen crítico nos permite descentrarnos relativamente con respecto de nosotros mismos, y por consiguiente reconocer y juzgar nuestro egocentrismo. Nos permite dejar de asumir la posición de juez en todas las cosas.” Pag 55.
El auto-examen es necesario por cuanto la comprensión de cualquier asunto conlleva una traducción mental de este, en que usamos nuestros propios conceptos, paradigmas, debilidades. El no reconocernos como seres que tendemos al autoengaño, que tenemos carencias, nos impide reconocernos como seres humanos esencialmente iguales y por tanto interiorizar en nuestro ser al otro, identificándonos con él.
Este concepto se desprende como una necesidad a partir de elaborar o pensar una ética de la comprensión.
La apertura subjetiva (simpática) hacia los demás
Como la comprensión del otro requiere identificación, lo que habitualmente no se da en forma natural ni espontanea, se hace necesario instar una apertura hacia los demás. Con esto entendemos que se requiere una decisión personal de identificarse con el otro, esperando que el ejercicio de esta en lo cotidiano se derive en una actitud permanente de apertura.
La interiorización de la tolerancia.
La conciencia de la complejidad humana, como idea principal, nos lleva necesariamente a reconocernos como seres humanos con similares o contrarias convicciones de fe, elecciones éticas, e ideas. Surge entonces, la necesidad de soportar la expresión de ideas contrarias a las nuestras: tolerancia.
Según Morín, existen cuatro grados de tolerancia:
-Primer grado, expresado por Voltaire: “Evitar imponer nuestra propia concepción de lo innoble para prohibir una palabra”. En otras palabras, evitar hacernos jueces imponiendo para ello nuestros propios y singulares puntos de vista.
-Segundo grado, es inseparable de la opción democrática: El principio democrático ordena a cada uno respetar la expresión de las ideas antagónicas a las suyas.
Tal actitud requiere del ejercicio de sublimar el ego, que quiere imponer sus propias convicciones a otros con el objeto de validar y justificarse a si mismo, no tolerando ideas opuestas a las que lo validan.
-Tercer grado, obedece al concepto expresado por Niels Bohr: “el contrario de una idea profunda es otra idea profunda”.
La incertidumbre del conocimiento nos indica que cohabitan en nosotros ideas y mitos. Luego, necesitamos entender que siempre es posible estar equivocado o poseer un conocimiento incompleto respecto a un asunto o materia, de manera que el tener la capacidad de abrirnos a otros puntos de vista siempre es necesaria como fuente de renovación personal. Así, este grado de tolerancia se constituye en una poderosa herramienta en contra de la ilusión y el error.

-El cuarto grado, proviene según Morín, de la conciencia de la enajenación humana, entendiendo tal enajenación como un éxtasis o fascinación irracional de la persona respecto de ideas, ideologías, doctrinas o dioses. Tal conciencia va de la mano con considerar, al mismo tiempo, los desvíos que en estos individuos produce, llevándolos fuera de los fines y principios de tales ideas. Conocidos son de todos nosotros los  grupos extremistas  islámicos, que finalmente van más allá de los verdaderos fundamentos de su fe llevando actos violentos repudiables, aún por sus pares. Siendo este un ejemplo extremo de tales enajenaciones. La tolerancia, por tanto, es a las ideas y no a las agresiones, descalificaciones o insultos.

Ideas Fundamentales del trabajo y sus conceptos

2.1. La ética de la comprensión
La ética de la comprensión de nosotros como individuos para con las demás personas se ve extrañamente asociada al vagamente usado término ‘’tolerancia’’, lo que me afirma que si sólo somos capaces de presenciar rasgos, conmemoraciones étnicas o mitológicas, acciones sociales que no son de nuestro agrado, pero a su vez  utilizamos la violencia como modo de acallarlo y sólo miramos al frente y continuamos con nuestro destino, en pocas palabras, ‘’somos tolerantes’’. Pero la comprensión no puede venir de lo que llamamos (reiterando el mal enfoque que se le da al concepto) tolerancia, sino que recíprocamente la tolerancia debe venir luego de aprender a comprender todo gesto cultural del que no somos partícipes.
 Haciendo un previo análisis introspectivo a nuestra persona, reconociendo toda falencia o defecto en nosotros mismos desde un punto de vista ‘’externo’’ para encontrarnos con un YO terrenal, grotesco e imperfecto. Se obtiene así los pilares fundamentales desde donde partir la comprensión del otro, antes de apreciar ‘’en que no coinciden el resto de los pensamientos con el mío’’.
Como publica Edgar Morín en el capítulo VI de su libro titulado ‘’Los siete saberes necesarios para la educación del futuro’’: ‘’La ética de la comprensión es un arte de vivir que nos pide, en primer lugar, comprender de manera desinteresada…’’, y bien,  luego de comprendernos a nosotros mismos como bien está ejercido de antemano, desarrollamos una capacidad también empática a favor del cómo enlazo mi relación con otro sujeto sin recibir nada a cambio más que su atención a la hora de yo poder aplicar mis conocimientos en función de su entendimiento. El  carácter que debe prevalecer según lo anunciado por Morín es que debo interiorizarme con el otro a través de todos los contextos existentes que someten al individuo en su cultural modo de vivir, y no necesariamente en su modo de pensar en cuanto a cómo nos ve él desde su perspectiva y, consiguiendo de lo anterior, el tolerarlo con éste principio en particular.
No somos precisamente ejemplares vacíos en cuanto a qué principios serán los que tendrán la particularidad de moldearnos a un modo de vivir. Contextualizando; el ser humano no podrá estar rodeado de las ramas culturales que hoy prevalecen, y a su vez no sentirse partícipe o no existir rama alguna que lo convoque, por ende debemos desarrollar este ‘’medio ético’’ que en sí será una herramienta para independizar de todo contexto lo que yo soy, inclinándome a lo que los demás pueden o no ser, y de esta forma incertarnos como una pieza de rompecabezas que encaje perfectamente en la sociedad, y que interactúe en el entramado tejido cultural local y planetario sin perder nuestra singularidad en su sentido intelectual  y espiritual.

2.2. La conciencia de la complejidad humana:
Puesto que el ejercicio de la comprensión hacia los demás requiere considerar al otro como un todo, se hace necesario concientizarnos de la complejidad de la naturaleza humana. En concordancia con lo tratado en el capítulo II (Los principios de un conocimiento pertinente), el comprender al otro implica relacionarse con un mundo multidimensional y complejo: un ser físico, psíquico, cultural, social, histórico y espiritual; y esto, además, en un contexto individual y global a la vez.
Así podemos observar que por ejemplo, respecto a la solidaridad, un sujeto puede mostrarse comprensivo con una gran causa nacional o global (la teletón, una catástrofe natural, etc.) y sin embargo en un contexto particular, observarse totalmente ajeno a los problemas del otro (un mendigo, un compañero de clases, un profesor, etc.).
La multiplicidad de los factores que influyen e interactúan modelando el comportamiento y pensamiento humano nos lleva a considerar necesariamente el desarrollar una actitud de comprensión hacia tal complejidad: tolerancia y empatía hacia el otro.
2.3. Comprensión, ética y cultura planetaria
En un mundo cada día más inter-relacionado económica y socialmente, y con un creciente avance en las comunicaciones, pareciera que de manera natural entre las sociedades y los individuos, creciera también la comprensión. Sin embargo, se da lo contrario. Cada vez nos comprendemos menos y avanzamos más a una sociedad individualista.
En el contexto planetario, cada grupo político, económico, religioso o de una nación en particular luchan por hacer prevalecer sus mentalidades “etno o socio céntricas”, ahora, en un contexto global favorecido por los medios tecnológicos de comunicación.
Morín dice: “la única y verdadera mundialización que estaría al servicio del género humano es de la comprensión, de la solidaridad intelectual y moral de la humanidad”. Ref pag 57 Cap VI
Luego, se requiere un desarrollo ético de la enseñanza del ejercicio comprensivo de  las culturas, ajeno a intereses egoístas.

Esto  en su esencia supone  la necesidad de comprender las causas de la incomprensión de una cultura respeto de otra, pero, esto en la realidad sucede solo por necesidad social-económica. Como es el  caso de los latinoamericanos que nos vemos sometidos a aprender inglés no como un medio para entender la cultura estadounidense, sino, como una necesidad de mercado. Para Morín debe existir una inclinación al inter-relacionarse con otras culturas (integración) aprendiendo, enseñando y reaprendiendo lo mejor de cada cultura a partir de la suya propia.

Resumen

En el presente trabajo, pretendemos exponer las ideas fundamentales de los puntos 3, 4 y 5 tratadas en el cap. VI del Libro “los siete saberes de la Educación” de E. Morín, puesto que la misión espiritual de la educación es enseñar la comprensión entre las personas como condición y garantía de la solidaridad intelectual y moral de la humanidad.

El mundo nos rodea equitativamente a como lo visualizamos; posee rasgos, experiencias, innumerables gamas de conocimiento el cual parece dispuesto a ser entregado a nosotros mismos con el sólo hecho de ubicarnos en un punto del espacio y apreciar constantemente la dinámica que se desenvuelve a nuestro alrededor. Encontrarnos allí parece favorecer la comprensión con nuestro medio ambiente, pero de algo debemos estar seguros aun queriendo imaginar una realidad contraria a la que vivimos, y es que (en este mundo al menos), no vivimos solos. Además de comprender todo encuentro de nuestros sentidos con el medio natural bien está en nuestro ‘’deber humano’’ o bien puede ser visto desde el punto de ‘’instinto ’’, el relacionarnos unos a otros como personas, y para ello es basal tener una capacidad que en nuestro desarrollo ético entendemos como ‘’comprender al otro’’ para así adaptarnos sin problemas a cualquier medio socio-cultural en el que nos veamos envueltos.