lunes, 17 de junio de 2013

Conclusión

Tres son los puntos que nos han llevado a un concepto amplio en todas sus aristas y que a su vez representa un factor ético fundamental en la aplicación del enseñar.

 En primer lugar, ‘’La comprensión’’ se ha convertido en una herramienta que enmarca un pilar imprescindible en la cavidad humana socio-cultural con la que tratamos en nuestro diario vivir, para avanzar a un nivel superior de enseñanza nos vemos envueltos en las capacidad de comprender a cualquier individuo, independiente el uno del otro en su forma de vida, pensamiento, criterio y desempeño de acuerdo a los parámetros en que éste se ha formado. Seguidamente,  esto a su vez nos impulsa encarecidamente a tratar en la tolerancia con el otro en fusión del acercamiento y la interacción de nosotros mismos con su cotidianidad. No estamos en posición de definir que es bueno o malo para un grupo planetario, pero si, podemos coincidir cual o cuales son las convergencias positivas entre culturas para luego, tomar en nuestras manos el buen vivir para con los demás y poseer la noción en la conciencia de cuál será el primer paso para trabajar en el multidisciplinario contexto de la ética comprensiva, lo que nos lleva en tercer lugar a la introspección con nuestro mismo ser. Entendernos a nosotros mismos para luego poder entender las dificultades del otro tomando la forma de guía, que a su vez sea capaz de cambiar aquellos rasgos que no se convalidan para el entendimiento contextual con el otro sujeto. He ahí donde empieza este estudio universal de la interiorización de un yo con lo global, quitar de en medio la superioridad y la obstinencia para dar paso a relaciones simétricas entre pares, conjunto de cada uno de los individuos que forman la sociedad multicultural donde adoptamos una labor que complemente las relaciones humanas propiamente tal.

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